Círculo de mujeres: octubre 2016
«Pensar críticamente sobre el sexismo en la vida cotidiana» (Briony O’Keeffe)
Muchas somos las personas, mujeres y hombres, con conciencia de género, que podemos constatar día a día cómo la construcción social de la desigualdad hace que para la mayoría los sexismos cotidianos, los micromachismos sean invisibles.
Con el objetivo de que los y las jóvenes puedan pensar críticamente acerca de los tipos de comportamientos sexistas, en Australia, ya en 2015, se incluyó en el sistema educativo la enseñanza de género como una asignatura más dentro de los contenidos básicos.
Con temas como la representación de género en los medios, economía y desigualdad, visibilización de la situación y la presencia de la mujer en áreas como el deporte, la política y en cargos de responsabilidad, el techo de cristal y un largo etcétera, el Colectivo Feminista del Instituto Fitzroy de Melbourne impulsó una campaña que buscaba la sensibilización y tuvo tal respuesta que finalmente dio lugar a la inclusión del género en la enseñanza.
Cuando salió a la luz esta noticia, fueron muchas las personas que se alegraron, también fueron numerosas las voces que se alzaron en contra. ¿Por qué tanto miedo a una educación igualitaria? ¿De dónde vienen las resistencias?.
Simplemente observando un poco podemos darnos cuenta de cómo las relaciones sociales y de poder entre hombres y mujeres están basadas en la desigualdad, cómo cada día nos encontramos con una asignación diferente de valor a las mismas conductas según quien las protagonice, pero dado que hemos crecido con esta realidad, apenas nos damos cuenta de lo evidente, la filosofía de la sospecha nos propone desenmascarar la falsedad escondida bajo los valores ilustrados de racionalidad, para ello, necesitamos poner conciencia en lo más cotidiano, en los actos aparentemente triviales que organizan nuestra vida diaria.
Comencemos por el camino de la autoeducación y el compromiso mientras tratamos de incorporar los valores de igualdad en el sistema educativo.