Círculo de mujeres: encuentro de marzo de 2017
«Los hechos, no las palabras, cambian las cosas» (Emmeline Pankhurst)
Para celebrar un año de encuentros, en esta ocasión nos ha acompañado la figura de Emmeline Pankhurst y el movimiento sufragista.
Al conocer la historia de las mujeres que defienden y promueven nuestros derechos, siempre es grato constatar que en cada época y en cada sociedad, surgen personas avanzadas que son capaces de cuestionarse el sistema y la construcción de las relaciones sociales, las normas escritas y las no escritas y más allá de la supuesta «zona de confort» que les llevaría a la aceptación de la desigualdad, se ponen en movimiento y buscan la manera de contribuir al cambio. También nos encontramos con que en numerosas ocasiones hay hombres que las acompañan, con conciencias despiertas que contribuyen a la promoción de la igualdad.
Podemos imaginar la fuerza y la valentía de estas mujeres que entre finales del siglo XIX y principios del XX, en la época de nuestras bisabuelas, fueron capaces de revelarse.
Ninguna mujer emprende sola su lucha a favor de la igualdad, siempre hay un grupo de apoyo, siempre está la sororidad presente, así como el conocimiento de otras mujeres que han transitado ya el camino de la defensa de sus derechos.
Emmeline Pankhurst conocía y admiraba a las mujeres revolucionarias que tomaron la Bastilla, esas mujeres que aún hoy día, siguen sin aparecer en la mayoría de los libros de texto de historia. Conocedora de la pobreza y de las duras condiciones en que muchas personas vivían, contribuyó con su denuncia a cambiar la «ley de los pobres».
Sus numerosos arrestos la llevaron a denunciar también las pésimas condiciones de los encierros, describiendo su primer encarcelamiento como «un proceso por el que un ser humano se transforma en una bestia salvaje».
La «unión política y social de mujeres) WSPU fundada en 1903 por Emmeline Pankhurst y otras compañeras incorporó en 1909 la huelga de hambre en prisión, incorporaron tácticas que incluían daños a propiedades. La incorporación de ciertas tácticas violentas llevó a un debate interno y a la separación del movimiento de quienes estaban en contra de estas acciones.
La participación de las mujeres en la defensa de sus derechos, el debate, el diálogo, la cooperación y las discrepancias son elementos necesarios para la visibilización de la desigualdad y la promoción de un mundo más justo.
Volviendo la vista atrás no nos queda otra que admirarnos ante la fuerza de estas mujeres a quienes tenemos que agradecer haber allanado nuestro camino.
Queda mucho aún por hacer. Tras el debate vienen las acciones y las acciones cotidianas pueden cambiar mucho nuestras realidades.