8 de marzo: una oportunidad para recordar, reconocer y celebrar.
El 8 de marzo es una oportunidad para recordar a las mujeres que nos han hecho más fácil el camino con su esfuerzo, su rebeldía y su valor, es también una oportunidad para comprender a aquellas que no pudieron ir más allá de los mandatos sociales y se vieron presas del sistema.
Una oportunidad para reconocer la valentía de todas aquellas mujeres que pasaron a la historia (a pesar de que en pleno siglo XXI sigan sin aparecer en los libros de texto) y de aquellas que son parte de la historia sin nombre: nuestras madres, tías, abuelas, bisabuelas…
Una oportunidad para celebrar y honrar su existencia y la nuestra, para tomar su vida como ejemplo y con su fuerza poder imaginar una realidad más justa para todas, para todos.
Siguen sin aparecer en los libros de historia mujeres tan importantes como Olimpe de Gouges, seudónimo de Marie Gouze, escritora, dramaturga, panfletista y filósofa política francesa, quien siendo consciente de que la mujeres no estaban incluidas en la proclamación de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, escribió la Declaración de los derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791) o Mary Wollstonecraft, filósofa y escritora inglesa, que en su obra Vindicación de los Derechos de la Mujer (1792), argumenta que las mujeres no son por naturaleza inferiores al hombre, sino que no reciben la misma educación y que hombres y mujeres deberían ser tratados como seres racionales; contestando así a Rousseau para quien las mujeres eran «seres precívicos» cuya educación debía tener como objetivo el cuidado de los hombres.
Tampoco aparecen figuras como François Poullain de La Barre, escritor y filósofo cartesiano que
consideraba la desigualdad de los sexos el prejuicio más tenaz, universal y carente de fundamente, para quien «el feminismo era un verdadero test de filosofía, de honestidad epistemológica y de autoexigencia ética y cultural» (Celia Amorós).
Mujeres y hombres vivimos en una sociedad cambiante. A lo largo de la historia, en el camino hacia la emancipación de las mujeres, hemos contado con la compañía y el apoyo de hombres que han desarrollado su conciencia y han compartido la causa feminista.
El papel del hombre hoy día es también controvertido y cuestionado. El desarrollo de un modelo de masculinidad no asociado a la jerarquía, al poder, a la violencia y asociado a otros valores como el cuidado, la sensibilidad y la igualdad es tarea prioritaria hoy día. Los hombres se unen también para debatir estos asuntos, para reflexionar y revisar los modelos antiguos y a sí mismos, y para promover nuevas formas de estar en el mundo, en la familia, en el trabajo…
El 8 de marzo es, por tanto, un día conmemorativo en el que se celebran los logros alcanzados en este camino hacia la igualdad, desde el deseo de un orden más justo para toda la humanidad.