Familia

La familia, ese lugar al que llegamos y que nos acoge, idealmente es un sistema de relaciones que nos ayuda a crecer, donde recibiremos el amor y el estímulo necesarios para convertirnos en personas adultas  seguras, confiadas, saludables.

Pero en ocasiones la familia no es ese lugar de refugio y comprensión ideal y se convierte en una fuente de malestar que nos lleva a cuestionarnos nuestra pertenencia, que puede dañar nuestra autoestima y nuestra salud. Esto nos lleva a una crisis personal que afectará al propio sistema familiar.

La familia es portadora de creencias, está en permanente evolución, se relaciona con la sociedad en que vivimos, con la época, con la cultura… el concepto de familia ha sufrido grandes transformaciones a lo largo de la historia. En la postmodernidad la familia se presenta diversa y plural.

Y como todo ser que evoluciona, la familia pasa por su momentos de crisis, de transformación, oportunidades para revisar y crecer.

Como padres y madres, tenemos la obligación de revisar qué modelo estamos ofreciendo, qué de nuestra familia de origen debemos celebrar y trasmitir y qué cambios necesitamos incorporar.

Como hijos e hijas, tenemos que plantearnos la gratitud y la comprensión, la crítica constructiva y practicar  la autocrítica, como pasos necesarios que contribuyen a co-crear este sistema de comunicación esencial y de apoyo compartido que puede llegar a ser la familia.

La terapia familiar puede ser la herramienta necesaria en esos momentos de crisis, que ayude de poner palabras a lo que está sucediendo, a validar a todos y cada uno de los miembros del sistema y a encontrar el camino que lleva hacia la solución.